La memoria es otra de las funciones cognitivas superiores más fundamentales en el cerebro, y quizá de la que podemos ser más "conscientes" de cuándo falla, porque parece que nos afecta más en el día a día, ya sea por haber sufrido un DCA, por padecer una enfermedad neurodegenerativa o por el mismo hecho de envejecer.

La memoria se puede definir como "la capacidad que tiene el cerebro de almacenar lo que aprende o lo que experimenta una persona en el día a día, para luego recurrir a dicha información cuando sea necesario". Pero como ocurre en la función cognitiva atención, el concepto de memoria tampoco es unitario, puesto que existen distintos tipos de memoria y hay que saber correctamente como trabajarlos para rehabilitar en lo posible dicha función en los pacientes.

En directa relación con la memoria nos encontramos las habilidades visoespaciales y visoconstructivas, que son las que nos permiten percibir (Gnosias) la realidad e informarnos de las propiedades del entorno que son importantes para nosotros con el fin de desenvolvernos adecuadamente en el medio, para desenvolvernos generalmente precisamos realizar movimientos (Praxias), es decir, necesitamos la habilidad o capacidad para poner en marcha programas motores de manera voluntaria y, normalmente, aprendidos. Fallos en estas habilidades limitan de manera considerable la calidad de vida del paciente, por lo que trabajar en su rehabilitación es muy importante.